La realidad objetiva de cada municipio, no la del discurso oficial, demuestra que el bienestar social no ha llegado como se prometió. No se han materializado los tan anunciados beneficios de la política de austeridad, del combate a la corrupción y de la entrega masiva y si intermediarios, de los millones de pesos en apoyos directos a las familias poblanas y mexicanas. Al contrario, se avizora un escenario más tenebroso, más complicado para la economía y la política del país, y no se diga del estado, sobre todo ahora que el gobernador morenista Miguel Barbosa Huerta ha enviado al Congreso del Estado las leyes de ingreso y egreso para el ejercicio fiscal 2021, y que tienen como principal característica la austeridad.
Según el gobierno de Barbosa, a pesar del recorte del 5.9 por ciento a sus recursos y la austeridad del paquete fiscal, no habrá problema alguno y para el siguiente año le dará prioridad al campo, al turismo y a la seguridad pública. Pero, ¿será eso cierto? Y de serlo, ¿por qué apenas muestra preocupación por uno de los rubros más importantes, como lo es el campo y la seguridad? ¿Acaso se trata de una estrategia electoral? Desde que tomó posesión el gobierno morenista, tanto a nivel federal como en el estado Puebla la forma de administrar el dinero del pueblo trabajador no ha sido la correcta, pues no hemos visto una estrategia clara y efectiva que resuelva las necesidades más sentidas por la población en cuanto a obras y servicios básicos, ni mucho menos que detonen el desarrollo de los pueblo y la creación de empleos. Tampoco nombró, en la mañanera en la que esbozó el contenido del paquete fiscal 2021, que este contenga un programa de apoyo alimentario o económico, acompañado de una serie de acciones para contener los contagios por coronavirus y las muertes a causa de este nuevo virus (esto a pesar de que son casi 40 mil contagios acumulados y tenemos a la ciudad de Puebla con el primer lugar en defunciones por covid-19).
En el mes de agosto, la empresa periodística El Sol de México publicó una entrevista con el mandatario estatal en la que destacó: "un gobierno de la 4T tiene que combatir la pobreza, tiene que combatir la corrupción… Y ¿cómo combates la desigualdad? Pues con crecimiento económico&rdquo, y enumeró cinco acciones urgentes para lograrlo: convertir al aeropuerto Hermanos Serdán, de Puebla, en el principal aeropuerto de carga del sureste; remodelar las 62 hectáreas de la zona de San Francisco del Centro Histórico de Puebla; establecer un gran espacio para conciertos en Atlixco; desarrollar la Agencia Estatal de Energía, que ayude a desarrollar proyectos eólicos fundamentalmente, y recuperar los objetivos iniciales de Ciudad Modelo, que era de Audi, que es una zona enorme para atraer inversiones. En este discurso y en la realidad, tampoco Barbosa propone una solución a la situación de marginación y de dificultad económica del pueblo; la solución a los males que aquejan al estado, es la construcción de mega obras que sólo beneficien a un sector.
El proyecto de Miguel Barbosa no representa los intereses del pueblo trabajador, así lo ha demostrado con su política fallida, que han llevado a cientos de miles de poblanos que viven con la angustia de si encontrarán trabajo, o que buscan la forma más honrada de llevar un pequeño ingreso a su casa. Por ejemplo, los campesinos de la zona de Olintla, Hueytlalpan, Hermenegildo Galeana y otros de la Sierra Nororiental, quienes tuvieron que abandonar sus tierras y buscar trabajo en otros lados, porque la producción de café se redujo a casi cero debido a que los productores se quedaron sin el apoyo gubernamental para hacer frente a la plaga de la "roya&rdquo, para adquirir fertilizante o comprar planta y renovar sus cafetales. O como el caso de doña Victoria González María, sexagenaria del municipio de Tepango de Rodríguez, quien mientras se manifestaba, a través de un video ciudadano, en contra de la persecución política desatada por el gobernador morenista Miguel Barbosa contra los líderes del Movimiento Antorchista denunció: "si no quiere trabajar ese Miguel Barbosa, mejor que entregue el puesto. Tanta promesa que hizo y no lo cumplió; y por qué no tienen trabajo los jóvenes, las madres solteras; por qué existen muchos robos: por lo mismo, porque nos quitó la ayuda que estaban dando, hasta a mí me tocó, me quitaron mi Prospera, por eso nos está matando de hambre tanto como Miguel Barbosa, como López Obrador”.
El paquete fiscal 2021 debiera impulsar el desarrollo de los pueb no sumergir a las masas populares en la marginación más lastimosa. Esa política de austeridad que nuevamente propone el gobierno morenista, tanto a nivel estatal como federal, desestabiliza y no es garantía de finanzas sanas. En su libro El precio de la desigualdad, el economista norteamericano Joseph E. Stiglitz enfatiza: "La historia demuestra que la austeridad casi nunca ha dado resultado y la teoría explica por qué eso no debería sorprendernos. Las recesiones las provoca la falta de demanda –la demanda total es menor de lo que la economía es capaz de producir-. Cuando el gobierno recorta el gasto, la demanda se reduce aún más y aumenta el desempleo”.
El pueblo necesita obras, no austeridad; necesita inversión en salud, educación, infraestructura, fuentes de empleo y en métodos efectivos para contener la pandemia, garantizar el confinamiento y la comida de los poblanos. De ahí que nos sumamos al llamado de exigencia para que se plasme en las Leyes de egreso e ingreso, que presentó el gobernador a la Cámara de Diputados, acciones que verdaderamente respondan a la realidad objetiva que se vive todos los días en las comunidades, de lo contrario, sólo estarán empeorando la situación.
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